
Hace no tanto tiempo, el pensamiento tradicional aseguraba que tan sólo el pene y la vagina, los órganos relacionados con la reproducción, podían proporcionar satisfacción carnal. Un craso error, especialmente en el caso de las mujeres, en cuanto que este prejuicio provocó el olvido del clítoristan esencial en el orgasmo femenino. Potencialmente, cualquier parte del cuerpo puede tener un potencial sexual. Especialmente aquellas que participan de manera activa en el juego erótico, como el cuello o la oreja. Entre todas ellas, sobresale una o, mejor dicho, dos por encima de todos: los pezones. En ella se medía la actividad cerebral de diversas mujeres atendiendo a la manipulación a la que eran sometidos su clítoris, su vagina, su cérvix Frente a la sabiduría popular, que señalaría que el clítoris ganaría la partida con mucho, los investigadores, encabezados por el psicólogo de la Universidad de Rutgers Barry Komisaruk, descubrieron que cuando se masajeaban los pezones se activaba la misma región cerebral que cuando se estimulaba la vagina.
No fueron divididos en dos libros aun que el Antiguo Testamento fue traducido al Griego. No sabemos quién escribió estos libros; ciertamente, Samuel fue un gran contribuidor, pero una buena parte del libro toma lugar después de su muerte en 1 Samuel Son llamados los libros de 1 y 2 de Samuel, no porque él haya escrito todos ellos, estrella porque ellos describen su gran gabinete y legado en Israel. Meyer A. La esterilidad de Ana y su voto. Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina.