
Esta infidelidad consiste en una relación afectuosa o sentimental con una persona distinta de la pareja habitual. El propio concepto de infidelidad es de difícil precisión, ya que no necesariamente implica tener relaciones sexuales con otra persona. Puesto que la confianza es una cuestión muy subjetiva, cada individuo puede considerar como infidelidad algo distinto. Por otro lado, las propias percepciones sobre qué es infidelidad y qué no varían mucho en función de si se atribuyen a uno mismo o a la pareja. En este sentido, se han realizado estudios que demuestran cómo cambiamos nuestra percepción en función quien comete la infidelidad. Así, comportamientos que pueden considerarse inocentes cuando los hace uno mismo, son entendidos como inaceptables si los hace la pareja.
Por Carla Martínez Dantí. En unComo. Descubre algunos trucos para devolver la normalidad a tu vida y seguir tu rumbo con los pies en el suelo. El amor, a veces, es adictivo, como las drogas, y por eso nuestro cerebro se activa galeote de tal influencia. Como hemos comentado, con esa persona simplemente has vivencial una aventura, te has liberado de ataduras, has cometido locuras y lo has pasado bien.
No todas las infidelidades son iguales, no a todas se les concede la misma importancia, no todas se gestan desde el mismo lugar, malestar o deseo. Algunas parten de necesidades personales no satisfechas; en ocasiones son francos impulsos que permiten liberar ansiedad en etapas de transición o adaptación critica; en otras, son síntomas claros de una relación en crisis y, sin duda, son también manifestación de la tragedia que significa que no sean del todo sinónimos fidelidad y exclusividad sexual. Me atrevo a afirmar que, en algunos casos, el impacto de un affair puede llegar a anatomía, si se maneja de manera oportuna, constructivo. El tema del patriarcado nos lleva a afirmar que generalmente lo que en el hombre se condona, en la mujer se condena. El engaño es una amenaza directa a nuestro sentimiento de pertenencia y confianza dentro de la pareja. Perder el control puede llevarte a cometer una tontería.
El estudio realizado por Spector sobre 1. La estrategia sería, por lo baza, la siguiente: Una vez que una mujer ha establecido una relación duradera con una pareja con quien es socialmente monógama, la fidelidad sexual no es, necesariamente, ventajosa para ella; a menos que su pareja sea el mejor dotado genéticamente, o que el riesgo de ser infiel sea máximo que el beneficio. Así, desde un punto de vista evolutivo, la mejor estrategia para una mujer sería agenciárselas amantes con una carga genética distinta, si el riesgo fuese mínimo. Esto obligaría al hombre a agachar la cabeza, de no ser porque la naturaleza es sabia. Si existiera un grado excesivo de infidelidad femenina», responde Spector, «los hombres se darían cuenta.