Todo ello, sin habermelo propuesto en realidad me fue sirviendo como de cierto entrenamiento como de cierto reconocimiento por mi parte de lo que realmente me gustaba, por otra parte, yo vivia y vivo en mi piso al cual jamas fue mi amante y yo alquilaba a veces alguna habitacion por meses para sacar algun dinero ademas de mi trabajo. Esta era mi vida en esa época, mi fisico es de 1,66 de altura, 69 kilos, quizas un poco gordito culito respingón cuerpo sin vello y pelo por los hombros castaño lacio cogido en una cola y hasta ese momento, solo conocía un tipo de orgasmos y creia que como todos el orgasmo por mi pequeño pene. En el baño a solas, tenía dos sensaciones una la de miedo, ante aquel hombre pero otra la de excitación la que me habia gustado, haberme visto así, me duché de nuevo cuando entró, mi amante mirandome yo dentro de la ducha y solo me dijo. Me apartó de su cuerpo, quedé sobre la cama mi cuerpo boca abajo senti su mano sobre mis dos nalgas presionando a la altura del ano, escuché — Mmmmmmm buen coño, si señor tienes un coño riquisimo, no me esperaba tanto, mmmmm buen coño de blanca No era capaz de recuerame escuchaba todo si pero a la vez mi cuerpo no respondia para nada escuché que salió, al tiempo volvio, yo ya mas espabilada, aunque en la misma postura, volvio a poner su mano grande sobre mis dos gluteos a presionar asi hasta mi ano, a hablar primero como para él solo — Joder que buen coño tienes, bien no me importa lo que tengas con este pero sea lo que sea, desde hoy vas a ser mi putita blanca, a ti te hace falta un buen negro que te sepa manejar, veo que este viejo no te sabe ni dominar ni alimentar este coño y a ti te va eso que te dominen que te manejen que obedescaz, te estoy hablando bien en serio entendido.
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Luis tarda dos horas en dormirse. Mario sólo quiere jugar a pintarse las uñas, se pone mil gomas y coletas, usa una toalla para fingir que tiene el pelo largo y le quita las faldas a su hermana para ponérselas él. En todo caso, que se vista como quiera… en casa. Cuando un bebé nace, el personal sanitario le mira los genitales y, habitualmente, sólo atendiendo a la forma que presentan se le asigna un sexo: niño, si ven un pene y un escroto cerrado, o niña, si ven una vulva. Es muy frecuente que el amor asignado al nacer coincida con lo que las niñas y niños expresan, cuando a partir de los dos años aproximadamente, empiezan a decir de sí mismos, a través de la palabra o de los juegos.