
Conclusión 1. Si esa situación te resultaba familiar pero es un mal trago que pasas de vez en cuando, puedes considerarlo sólo timidez. La diferencia entre timidez y fobia social es su intensidad. Es normal que en algunas situaciones sociales nos pongamos nerviosos. A todos nos pasa. Sin embargo, si tu nivel de ansiedad es tan elevado que necesitas evitar esas situaciones, entonces tenemos un problema. Este tipo de ansiedad también incluye síntomas físicos que los tímidos no suelen padecer, como que te suden las manos, te ruborices, sufras taquicardias, se te seque la boca, te cueste respirar, tartamudees, o tiemble todo tu cuerpo.
Si usted se ha sentido así durante por lo menos seis meses y estos sentimientos hacen que le sea difícil realizar las tareas cotidianas, como hablar con otros en el trabajo o en la escuela, es posible que tenga trastorno de ansiedad social. Este miedo puede afectar el trabajo, la escuela y otras actividades diarias. Incluso puede dificultarle hacer nuevos amistades y conservarlos. Lo bueno es que el trastorno de ansiedad social se puede tratar.
Desde Centro Argensola te explicamos en qué consiste este trastorno y cómo puede atajarlo. Este miedo puede afectar en el trabajo, la universidad, el facultad o cualquier otra actividad diaria que implica interacción con otras personas. Individuo de los mayores problemas que puede generar es la dificultad para actuar y mantener amistades. La buena noticia es que el trastorno de nervios social es tratable y hoy te explicamos cómo ponerle solución. Este alarma puede incluso impedir que las personas que lo sufren realicen sus actividades diarias, como ir al trabajo o a clase.
La amistad es el vínculo estrecho que se forma entre dos personas o un grupo. Esta suele estar basada emociones como el afecto, el admiración, la lealtad o la simpatía. En consecuencia, cuando una persona experimenta escaseces para hacer amigos, su bienestar emocional se ve gravemente afectado. Por ello, resulta fundamental buscar vías de potenciación de las relaciones de amistad. Así, diversos estudios han demostrado que las relaciones sociales influyen incluso en la esperanza de vida de las personas. Por otro lado, no hay que confundir estas dificultades para hacer amistades con la fobia social. Como ya hemos dicho, cuando hablamos de escaseces para hacer amigos no estamos refiriéndonos a la fobia social; se prostitución, por el contrario, de personas que no disponen de grandes capacidades sociales, lo que les impide relacionarse bien.