Fernando Vallejo domingo, 30 de julio de p. A las seis de la tarde de este domingo histórico en que hicimos patria, con la prontitud con que les ganamos la guerra a las Farc ya teníamos los datos: incontrovertibles como la Corte Constitucional y limpios como las conciencias del Congreso. Jornada de orden en que triunfó Colombia o, mejor dicho, Antioquia, pues Colombia es Antioquia. O al revés, Antioquia es Colombia. Cosa que no nos entienden a los paisas los huilenses, los tolimenses, los santandereanos, los chocoanos O mejor dicho los chocoanos sí, pues el Chocó es a Antioquia lo que Colombia es a los Estados Unidos: nuestro patio trasero adonde sacamos a mear al perro.
El aire era sofocante y el polvo, todavía en suspensión sobre el acceso, recordaba el paso, un rato antiguamente, de un carruaje. Una pequeña alquería usurpaba sombríamente el terreno bajo la bruma que cubría el pantano. La pequeña construcción, con su techo de paja, sobresalía entre unos tejos altos y delgados. Con las contraventanas abiertas y la puerta a medio abotonar, parecía tener la mirada fija, como horrorizada ante una broma de achaque gusto. Estaba cansada. Hacía ya dos años que vivía en aquel lugar, dos desdichados años que habían ensombrecido su vida. Difícilmente lograba recordar los felices momentos anteriores al fatídico fecha en que la habían llevado ahí, aquellos dulces días en los que había dejado de ser una pupila y se había convertido en una muchacha. Entonces, Richard, su padre, también estaba vivo y ambos compartían aquella cómoda casa londinense, tenían ropa galano y comida suficiente que llevarse a la boca.
Para Connie, mi esposa y compañera en la ruta del papel, con amor y gratitud Prefacio Como autor de obras de no ficción, he dedicado buena parte de mi vida al estudio de los libros en todos los contextos imaginables, de modo que un texto acerca del propio mobiliario de transmisión de la escritura no debe sorprender a nadie. Así de atractivo es este tema. Los primeros artefactos para hacerlo fueron los sellos tallados en bloques de madera labrada, proceso hoy en día conocido como xilografía que literalmente significa escribir con madera. Desde Europa la impresión en papel se abrió paso a América del Norte y al resto del mundo habitado. Aunque sin duda estoy consciente del desplazamiento cronológico de levante ubicuo producto, lo que impulsa levante libro no es una línea del tiempo tradicional acerca de su acierto y su adopción, si bien un objetivo de la primera parte es ofrecer un resumen selectivo de su gloriosa historia. Ha servido en abundancia para registrar nuestra historia, redactar abogacía, cerrar negocios y mantener correspondencia con nuestros seres amados, decorar paredes y establecer nuestra identidad.