
El creador del detective travesti Anarcoma tiene 72 años, enviudó de Alejandro, el hombre de su vida, y comparte algunos recuerdos de los años setenta y ochenta del pasado siglo en Nazario. La vida cotidiana del dibujante underground Anagrama. Es un relato sin fechas ni sentido cronológico, que lleva del oscuro tardofranquismo a los tiempos de El Víbora, ya en el inicio de los ochenta. Nazario y su marido, Alejandro, fotografiados en el balcón de su casa por Ariel Marín. A la velocidad a la que se movía entonces la cultura tan lejos de la simultaneidad de estrenos actualNazario estaba siendo un pionero del cómic underground. El adiós a Sevilla abre estos recuerdos de Nazario. En ese capítulo cuenta la verdadera historia de la chica que inspiró Purita, braga de jierro, una de sus primeras historietas, marcadas por el tema de la represión sexual, social y, en este caso, patriarcal.
Ella, la mejor amiga de mi hija. Camila Cabello recientemente había cumplido sus quince años para aquellas fechas, época una joven hermosa e inteligente, dedicada en sus estudios: el orgullo de sus padres. Selena jugueteaba con el cable del teléfono mientras hablaba con su novio. Es genial que hayas aceptado, Jus sigue sorprendido. Ahora, deja de moverte, necesito terminar con tu maquillaje. Siendo su primera fiesta, Camila no tenía idea de cómo maquillarse, o que ponerse, así que sus amigas, como buenas amigas que eran, se habían encargado de todo. Selena, como buena cuñada, había llevado los mejores atuendos que la morena tenía en su guardarropa, de los que en ese momento Taylor se hacía cargo, buscando el mejor de todos y así poder combinarlos con algunos de sus zapatos. Solo esperaba, su torpeza le diera tregua esa confusión.
Siempre que había un embarazo le gustaba hacerlo, y hasta el momento no se había equivocado nunca. Durante todo el embarazo, aun habiéndonos dicho los médicos que sería una niña, ella siguió haciéndome su truco y siempre salía la misma respuesta: niño. Llego el gran día del nacimiento y, como es habitual, por sus vegüenzas se le asignó ese sexo. Fue creciendo como cualquier otro bebé, y comenzó la escuela infantil con un añito. Era feliz y nosotros, por supuesto, también. No le dimos máximo importancia, por lo que le llevé a la peluquería y le cortamos el pelo, una melenita corta por debajo de la oreja para eficacia arreglarle lo que se había acción con las tijeras. Se conformó, empero seguíamos viendo que no estaba a gusto, algo le removía su cabecita. Si él era feliz, ese época nuestro propósito. Recuerdo ese dia, un gran día para él, con su pelito rapado, le brillaban los luceros como nunca los habíamos visto espejear.
Javier Brandoli El negocio del sexo: placer, diversión, abusos y vírgenes La sexualidad, en la aldea global, es un instinto y un deseo pasado por el filtro de nuestra moralidad y costumbres Una prostituta tailandesa en el Callejón Cowboy de Bangkok. Tras varios días de ruta llegué al lugar indicado en el mapa. Efectivamente, en medio de la nada había una casa blanca con varios coches aparcados y un letrero rojo mal berrendo con el nombre del local. Desde luego era una parada obligatoria. Al entrar, lo que encontré es una tiendita, una barra de bar, unas sillas y mesas endebles y cientos de bragas, sujetadoras y calzoncillos colgando del techo. Había un trofeo con un conjunto de ropa interior XXL y cientos de mensajes escritos en las paredes de viajeros de todo el mundo que habían parado en un local de nombre sugerente.