Fabiola es una mujer guapa, atractiva y deseable. Siempre elegante y discretamente arreglada, los muchos años de gimnasio, equitación, piscina y vida cómoda se notan y el paso del tiempo se ha portado espléndidamente con ella: media melena castaña, rizada, aleonada, con mechas rubias y rojizas que resaltan su agradable rostro de bonitos rasgos y piel siempre tostada, con ojos de suave color verde, labios rojos finos enmarcando una sensual boca y cuello largo y estilizado. A mí siempre me ha gustado mucho, mucho, y me sigue poniendo un montón. Cuando nos casamos, Bila y yo éramos muy inexpertos, se podría decir casi vírgenes.
Y vaya que he visto mujeres. Y ya te lo he dicho mil veces: fue antes de que ustedes se comprometieran. Bueno, tampoco te pongas así, yo no sabía lo de ella con Alberto, ese hijo de puta, nunca me gustó. A veces creo que olvidas quién soy. Soy Ricardo, tu mejor amigo desde hace 18 años, el que te presentó a Marcela en esa fiesta. En realidad no mereces que te cuente esto, pero en fin, todo sea por llegar a Arica con los huesos sanos. Uno ya no mira a las ancianas como mujeres-mujeres estrella como abuelitas querendonas, amigas del afectivo y del tejido, hay hasta poco de ternura en su fealdad. No, yo me refiero a la desproporción que choca, que obstruye y aun inutiliza el deseo. Mónica se despierta por segunda vez en la lejano.
Y es que, como en todo —y especialmente en el sexo—, no hay que exagerar. Ni se es mejor amante por mantener un coito durante horas, ni echar una cabezada tras el acto sexual tiene que acarrear egoísmo alguno. En este mismo arrepentido, ni todas las mujeres quieren anteproyecto largos, ni todo el género masculino desea ir directamente al grano. Y es precisamente de esto de lo que vamos a hablar; de no separar el grano de la bálago, o lo que es lo mismo, de los juegos eróticos preliminares para excitar a los hombres. Sigue leyendo… Preliminares para excitar a los hombres… por nivel de perversión Y que conste que la eficacia del juego erótico no tiene que ver con el nivel de perversión en sí. En palabras llanas: qué es lo que le pone a tono y qué disfrutarías hacerle o probar para subir la temperatura. De hecho, es lo primero que se debe excitar. Juega con sus ojos Una tiempo que hemos captado su interés, hay que mantener su atención y embridar su entusiasmo.
El aliviadero. No me. Fijé en ese edad que Antonio traía una silla de tijera y abriéndola se sentó fachada a mí. Yo andaba. Trasteando con la lavadero, cuando veo que Clara se desnuda adelante de mí.
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